martes, noviembre 20, 2007

La ley de partidos... ¿hay que derogarla?

Ya hace unos añitos desde que gobernaba nuestro gran Josemari I, el infalible, cuando se aprobó la polémica Ley de Partidos, como una herramienta más en la lucha contra ETA. Se pretendía eliminar lo que se denominaba el brazo político de la organización terrorista, o lo que es lo mismo, HB.
Sin embargo, después de los años, parece que no se ha mostrado demasiado efectiva.
1) Legitimidad de la Ley de Partidos.
En principio, no vamos a dudar de la legalidad de esa ley, sino de su legitimidad en una sociedad democrática como la española. ¿Se puede ilegalizar una idea? Pues parece que sí. El problema que presenta esta ley es que no se dirige hacia los individuos, sino hacia las ideas.
El delito de expresar públicamente el apoyo a ETA ya estaba cubierto como apología del terrorismo, pero la Ley de Partidos presenta un problema añadido, ya que ilegaliza a un partido político, y elimina una posibilidad de pensamiento. Ese es el problema, y no otro. Ninguno de los 150.000 simpatizantes de HB irá a la cárcel por esta ley, pero en cambio, a esos 150.000 individuos se les deja sin representación política.
Esto es lo inaudito en una sociedad democrática, que no se pueda combatir a las ideas con otras ideas, que no se vence convenciendo, sino que se ilegaliza una idea, que puede parecernos deplorable, pero no podemos hacer el mundo a nuestra medida.
Y lo peor es que se trata de una ley preventiva. HB no ha cometido ningún delito, ya que hay otras leyes (apología del terrorismo o financiación de actividades delictivas) que se podrían haber aplicado contra el partido, pero se le condena e ilegaliza por no hacer una cosa, por no condenar el terrorismo. Se trata de un delito... inexistente. En fin.
2) Efectividad de la Ley de Partidos
Pues la verdad... mínima. Se ha ilegalizado a HB, y aparece EHAK, y luego ANV, que se ilegaliza a medias... por lo que parece que queda en manos del poder quien es legal y quien no.
Y los 150.000 simpatizantes de HB... pues siguen ahí, contra viento y marea, y encima reforzados gracias al victimismo que proporciona esta Ley de Partidos.
Se dice, se rumorea por parte de quienes creían que en 2004 se había acabado con ETA que HB era una fuente de financiación importante de ETA. Mira que era sencillo acabar con esa "financiación" desde los ayuntamientos gobernados por HB... simplemente hacer una auditoría, y si había desvío de fondos... tramitar una querella por corrupción, como en tantos otros ayuntamientos ha pasado.
Por tanto, comprobando que la militancia y "simpatizancia" hacia HB no ha descendido, que no se ha atacado a la financiación de ETA... ¿para qué sirve la Ley de Partidos?
3) El uso partidista de la Ley de Partidos
El baile de siglas con los que la izquierda proetarra se ha presentado a las diversas elecciones como EHAK, ANV y las que veremos en el futuro, da a pensar que el pertido en el gobierno, en este caso el PSOE, maneja la Ley de Partidos a su antojo, o lo que es lo mismo, la Ley de Partidos se ha convertido en un instrumento político, que distorsiona el funcionamiento democrático en España. Si ya era negativo que se hiciera una ley en un país democrático para ilegalizar una idea, además de una manera preventiva, resulta ya inaudito que el partido en el poder sea quien decida cuando y contra quien se utiliza esta Ley.
Pero por otro lado, por quienes alardean de cierto Pacto Antiterrorista, ese que decía que no se debía utilizar el terrorismo como arma política, a través de organizaciones satélites como el Foro de Ermua, utilizan esa Ley no para luchar contra ETA, sino para enjuiciar a Ibarretxe y a Patxi López por reunirse con HB.
Y hay pseudojueces que admiten a trámite esa querella, y mancillan más nuestra democracia, al crear una persecución política, ya que se criminaliza a estas dos personas por una acción política. No hay nada doloso en lo que hicieron, pero se permiten admitir estas querellas de "verduleras políticas" por una acción política, no personal, sino enmarcada en su cargo político. Si Ibarretxe no hubiera sido Lehendakari o miembro del PNV ni Patxi López del PSE, si no se hubieran reunido en nombre de sus respectivos partidos políticos con HB, no habría posibilidad de querella, pero en este caso la hay... en fin.
¿Cual es el objetivo último de esta estrategia? ¿Actuar contra el PNV y el PSE?
Parece como si el PP pretendiera alcanzar el poder al estilo Lizartza, sin votos, ilegalizando al resto de los oponentes políticos, ya que esta querella, este uso de la Ley de Partidos está amparada por el PP vasco, desde la Sangil hasta el ultrademócrata de extremo centro Segundo Mayor Oreja (segundo en la linea sucesoria del dedócrata, segundo en las elecciones vascas, segundo en las europeas...) que utilizan a sus organizaciones satélites como en su día utilizaron desde el gobierno a medios de comunicación satélites para criminalizar a toda la oposición (a pesar del tan cacareado pacto antiterrorista). Para quien no lo recuerde, antes de las elecciones de 2004, se repetía en todos los medios de comunicación controlados por el Gobierno (casi todos) una relación ETA-PNV y otra ETA-ERC-PSC-PSOE.
La Ley de Partidos en innecesaria, es una herramienta fascista, y en nuestra democracia está de sobra. Hay que derogarla.